Y siendo el maestro preguntado por sus discípulos sobre cómo conseguir una educación de calidad, este pasó a contar lo siguiente:
“Es como aquel hombre que al ver que su traje ya estaba deteriorado fue a un sastre a que le hiciera uno nuevo. Al entrar de dijo al dependiente que quería que le hicieran un traje, a lo que este respondió, a lo gallego, que cuánto se pensaba gastar.
Ante esta pregunta el hombre se pidió un traje de calidad excepcional, con el mejor corte, elaborado con la mejor lana inglesa y cashmere, y que al probárselo le quedara estupendamente. Ante el precio que este suponía el hombre comentó que no pensaba gastarse tanto dinero, que para vestirse de traje no necesitaba tanto dinero.
La segunda opción para el traje era un tejido que tenía peor calidad, que tendría peor corte y confección, lo que haría que le quedara algo peor, por lo que necesitaría algunos arreglos para que no se notaran las deficiencias. El precio de este traje era menor, pero aún así su coste era superior al dinero que el hombre se pensaba gastar.
Por último, el vendedor sacó una tela de peor calidad aún, pasada de moda y que no se le ajustaría bien al cuerpo, aún cuando con su maña y pericia se esmerara en su trabajo. Sin embargo, el precio correspondía con el que el hombre estaba dispuesto a pagar, así que fue el que encargó, y a pesar de las advertencias del sastre.
Semanas después, la persona que se encargaba de recoger los encargos del hombre y que estos cumplieran exactamente con lo que había pedido, fue a la sastrería a por el traje. Cuando el sastre sacó el traje y se lo enseñó, el encargado puso mala cara, acusando al sastre de no hacer bien su trabajo y de confeccionar un traje que haría que la gente criticara a su jefe, porque aunque iría de traje ni le quedaría bien ni iría a la moda.
Ante esto, el vendedor le respondió que no podía hacer más con los medios que podía utilizar, y que nunca podría hacer un traje de calidad suprema teniendo pocos materiales y, para más inri, los más baratos; esto no sería posible aún cuando recurriera a la extensa experiencia que atesoraba y utilizara horas y horas en el proceso de confección
Sin embargo, el encargado le amenazó con una hoja de reclamaciones y una denuncia en la OMIC, porque tenía que dar la máxima calidad siempre, independientemente de los medios de los que dispusiera; ante esto, el sastre sólo pudo intentar responder a lo que este le exigía, so pena de tener problemas, aunque en el fondo sabía que nunca podría lograr elaborar un traje con calidad suficiente para competir con otros trajes.”
Terminada la parábola, el gran maestro miró a sus discípulos y les dijo: “Ustedes sois como el vendedor, que con los medios que tiene intenta responder a lo que se le pide, aunque estos medios no sean los suficientes para responder con la calidad que se le pide (atender a la diversidad, programas de refuerzo, desarrollo de competencias básicas, etc.). Al resto de personajes y situaciones…….que cada uno le ponga nombre”.
“Es como aquel hombre que al ver que su traje ya estaba deteriorado fue a un sastre a que le hiciera uno nuevo. Al entrar de dijo al dependiente que quería que le hicieran un traje, a lo que este respondió, a lo gallego, que cuánto se pensaba gastar.
Ante esta pregunta el hombre se pidió un traje de calidad excepcional, con el mejor corte, elaborado con la mejor lana inglesa y cashmere, y que al probárselo le quedara estupendamente. Ante el precio que este suponía el hombre comentó que no pensaba gastarse tanto dinero, que para vestirse de traje no necesitaba tanto dinero.
La segunda opción para el traje era un tejido que tenía peor calidad, que tendría peor corte y confección, lo que haría que le quedara algo peor, por lo que necesitaría algunos arreglos para que no se notaran las deficiencias. El precio de este traje era menor, pero aún así su coste era superior al dinero que el hombre se pensaba gastar.
Por último, el vendedor sacó una tela de peor calidad aún, pasada de moda y que no se le ajustaría bien al cuerpo, aún cuando con su maña y pericia se esmerara en su trabajo. Sin embargo, el precio correspondía con el que el hombre estaba dispuesto a pagar, así que fue el que encargó, y a pesar de las advertencias del sastre.
Semanas después, la persona que se encargaba de recoger los encargos del hombre y que estos cumplieran exactamente con lo que había pedido, fue a la sastrería a por el traje. Cuando el sastre sacó el traje y se lo enseñó, el encargado puso mala cara, acusando al sastre de no hacer bien su trabajo y de confeccionar un traje que haría que la gente criticara a su jefe, porque aunque iría de traje ni le quedaría bien ni iría a la moda.
Ante esto, el vendedor le respondió que no podía hacer más con los medios que podía utilizar, y que nunca podría hacer un traje de calidad suprema teniendo pocos materiales y, para más inri, los más baratos; esto no sería posible aún cuando recurriera a la extensa experiencia que atesoraba y utilizara horas y horas en el proceso de confección
Sin embargo, el encargado le amenazó con una hoja de reclamaciones y una denuncia en la OMIC, porque tenía que dar la máxima calidad siempre, independientemente de los medios de los que dispusiera; ante esto, el sastre sólo pudo intentar responder a lo que este le exigía, so pena de tener problemas, aunque en el fondo sabía que nunca podría lograr elaborar un traje con calidad suficiente para competir con otros trajes.”
Terminada la parábola, el gran maestro miró a sus discípulos y les dijo: “Ustedes sois como el vendedor, que con los medios que tiene intenta responder a lo que se le pide, aunque estos medios no sean los suficientes para responder con la calidad que se le pide (atender a la diversidad, programas de refuerzo, desarrollo de competencias básicas, etc.). Al resto de personajes y situaciones…….que cada uno le ponga nombre”.
6 comentarios:
Lolo:
Tengo críticas a la parábola empleada.
Yo creo que no es cuestión de medios. Cuando, (no de forma tan literaria ni con tan buenas intenciones como sé que tú tienes) escucho "parábolas" similares en la sala de profesores, penas, casi podríamos llamarles llantos, y me dan ganas de sacar un pañuelo, lo que pasa es que no llevo, vamos, cuando veo que el Magisterio (héroes debieran ser los maestros otra vez, como lo fueron en la época del Caudillo, que eso sí que eran pocos y malos medios) se fija en los POCOS MEDIOS, ¿Sabes lo que hago? Me salgo de la sala de profesores. No señor. Medios haylos. Me parece insultante decir que tenemos pocos medios cuando en muchos lugares los niños-as no van a la escuela, no hay escuelas, no hay lápices... Nosotros tenemos ordenadores, especialistas, formación permanente, pizarras, lápices, conexión a la Web...
Lo que no hay es lógica. No he visto ningún centro en el que haya una lógica de trabajo que se aparte de la lógica burocrática, clásica y rancia de todos los centros. La verdad es que viendo experiencias en Jornadas, Congresos, etc., sí que parece que existan esas experiencias a nivel de centro.
A veces cada aula es una isla, porque en los centros no se establece una Organización seria de los recursos. Dejemos de preocuparnos de la Administración de una vez. De lo que diga el inspector de que faltan papeles. ¡A la mierda los papeles! Nosotros ¿Queremos cambiar el mundo? ¿Cómo lo vamos a hacer? Tenemos el oficio más hermoso que hay. Quizá uno de los más quemantes e ilusionantes al mismo tiempo. Sólo nosotros podemos entender esto que digo.
No, por favor, Lolo, ¿Qué medios necesitó la maestra de Audición en Puerto Real para engatusarnos a todos? ¿De qué medios se hizo el de filosofía para que un día nos quedásemos hasta pasada la hora? ¿Un radiocassete y unas cuantas cintas? ¿Una foptocopia con un texto de Sócrates?
Hola Miguel:
Agradezco tu crítica porque es una manera de llegar a mejores conclusiones.
Es obvio que estamos mejor que otros muchos países, pero también peor que en otros, y por supuesto tenemos que optar por tener una buena educación(dejemos a un lado el término calidad, el cual es muy subjetivo)que permita una adecuada formación de quienes formarán parte de la sociedad futura. También es verdad que hoy en día nuestra educación es mucho mejor que la de hace años, sobre todo en medios, así que algo está fallando, o más bien, creo que se interrelacionan muchos factores que provocan que no vayamos tan bien como creemos que debería ir (Administración, profesorado, familias, alumnado, etc.)
Está claro, y coincido contigo, que hay medios, pero no todos los medios que necesitaríamos, o al menos no en todos los casos.
Quizás no me he explicado bien en la parabola, pero no me refiero a recursos materiales, sino fundamentalmente a recursos humanos.
Nuestro alumnado es el que sufre cuando se rompen los grupos de refuerzo porque no se cubren primeras sustituciones; el alumnado con algún tipo de deficiencia es el que sufre cuando no existe un monitor que se encargue de la atención que necesita; nuestro alumnado es el que sufre cuando no existen medidas reales y efectivas que utilizar ante los comportamientos agresivos, disruptivos, etc. que a diario llevan a cabo otros compañeros en clase; y así, podríamos seguir.
Coincido contigo, y lo planteo en otras entradas del blog, que es necesaria una conciencia colectiva del profesorado, un profesoraad menos burocratizado, que trabaje más en equipo y no encierre en su aula, etc., pero desagraciadamente no ocurre así, al menos por ahora, y, casi siempre, la parte conservadora del ser humano sale ganando, al final casi siempre se tiende a la comodidad, a la rutina, cuando nuestro trabajo es el menos rutinario que existe.
El problema es que estamos en un modelo de escuela que se organiza y busca resultados como una empresa, y no tenemos clientes, sino usuarios a los que debemos dotar de herramientas para vivir en definitiva, al menos, loo mejor posible en bases a sus capacidades.
Y, en relación con lo último que comentas, cualquier profesor sabe que no necesita mucho para hacer interesante una actividad o cualquier experiencia, sino que sólo necesita hacer aquello que a él le resultaría interesante y motivador.
Un abrazo y, como siempre, un placer "discutir" contigo. Ya sbes que esto podemos seguirlo, Te aseguro que, en realidad, pensamos muy parecidos, como ha sido siempre.
Bueno Lolo, vengo a devolverte la visita y he empezado leyendo esto y ambos comentarios.
Trasladándolo a mi ámbito laboral, donde ahora me dedico despues de diecinueve años de jardinero a arreglar mobilario por los parques y jardines. Decir que a veces carecemos de algunos medios, lo intentamos suplir con algo que pueda surtir efecto, pero si no es la pieza autentica es un remiendo.
Sobre lo que debatis solo puedo decir que se pueden cubrir muchas cosas necesarias con la mayor de las voluntades, pero si no es una pieza autentica, valdrá, pero será un remiendo.
(supongo)
Y una más:
Es sobre los grupos de refuerzo. Totalmente en contra de sacar del aula a un alumno o grupo de alumnos. Ni siquiera de hacerle dentro del aula una ACI encubierta. Lo que necesitan los alumnos con "n.e.e" es lo mismo que los demás. Si no, es que no tenemos el mismo concepto de ellos que de los otros, con lo que les damos menos a quienes, en todo caso, cesesitan más.
Te doy mi opinión Miguel a tu último comentario:
Pienso que el alumnado con NEE no necesita más unicamente, sino que necesita más de cosas diferentes.
Creo que debemos distinguir dentro de este grupo a los que a veces porque no tienen adquiridos conocimientos básicos donde apoyar otros nuevos necesitan de ACI o RE(caso de alumnos que en cursos altos no saben por ejemplo dividir por una cifra adecuadamente, ¿para qué pretender que realicen raices cuadradas?), del grupo de los que por poseer algún tipo de discapacidad, esta le impide seguir el mismo ritmo de sus compañeros.
En este caso, es donde, creo, que nos encontramos con lo que tú dices; a esos alumnos debemos darle lo mismo, aunque debamos modificar ciertos elementos para adecuar esos contenidos.
Lo que debemos saber, como docentes que somos, es qué esperar de ellos y cómo evaluarlos en base a sus capacidades; creo que eso es la verdadera educación inclusiva y la verdadera atención a la diversidad.
Y creo, que en esto estarás de acuerdo conmigo.
Todo esto, por supuesto, explicado a bote pronto y a grandes rasgos. Porque, como sabes, esto da para libros y libros.
LoLo
A ver si me explico bien:
Lo que necesitan es lo mismo. Estar en el mismo espacio siempre, que se les exija como a los demás (Curriculum oculto; Si no exijes lo mismo das por hecho que no pueden, que son especiales).
Trabajo en equipo (¿Trabajan en equipo o estamos aún con las mesas mirando a la pizarra, donde se dan las clases magistrales?). Solidaridad (-maestro, es que no sabe sumar. -¿Por qué no le enseñas tú?). Libertad,igualdad y fraternidad (-maestro ¿Por qué tú gritas y nos dices a los demás que no gritemos?).
¿Piaget o Vygotski? ¿No podemos enseñar porque no están preparados aún (Piaget) o debemos enseñar precisamente aquello que no saben porque el aprendizaje debe preceder al desarrollo (Vygotski)?
Son muchos lastres de una escuela vieja y rancia que sigue presente en un porcentaje altísimo de centros y aulas.
Yo aún estoy soltando lastre Lolo, pero lo estoy haciendo. Aún me queda mucho lastre por soltar, pero hay que soltarlo.
Un abrazo.
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