Yo sin entrar, en valoraciones, no porque no tenga opinión, sino porque no es el fin de este comentario, veo en esto el principal problema que tenemos los docentes en general; como he dicho antes, somos la profesión menos corporativista de las que existen, y no podéis saber como me duele decir esto.
Es impensable que un médico acuse a otro de hacer mal su trabajo abiertamente, o un policía o abogado, sin embargo, y desgraciadamente como ya he dicho, los docentes casi siempre, o al menos en muchas ocasiones, nos intentamos descargar de nuestros errores achacándolos al profesorado que se encargó de atender antes a nuestro alumnado. Ojo, no digo que esto lo hagan todos/as ni que se haga siempre, pero es un hecho que se da con demasiada asiduidad.
Tampoco digo que se trate de tapar las malas prácticas de otros docentes, eso sería engañar, pero tampoco podemos excusarnos antes las familias de nuestros alumnos echándole el muerto a otro.
Me refiero a todo esto por, como he dicho, la situación en la que estamos, ante una huelga general que, en principio, apoya (en base al porcentaje de profesorado que ha dicho no al Plan de Mejora de la Calidad) la gran mayoría de los docentes; ¿cómo es posible que los sindicatos mayoritarios apoyen el Plan y sus afiliados no? ¿Dónde está el error? ¿No se debería haber consensuado, debatido, etc en profundidad en el seno de los sindicatos antes de mostrar su apoyo incondicional?
Por otro lado, creo que tampoco es de recibo que circule algún correo electrónico por ahí, con una letra (sobre la música del conocido Chiquilicuatre) que hace acusaciones, se mofa y, bajo mi punto de vista, injuria a aquellos que han dicho sí al Plan de Mejora de los Rendimientos; eso es falta de compañerismo. Tampoco, se debería acusar a quien no lleva a cabo el Plan de falta de profesionalidad o de espíritu de trabajo; me consta de muchos profesores que hacen mucho por mejorar los rendimientos de su alumnado, pero que han dicho que no por otro tipo de razones o convencimientos.
Todo esto nos lleva al principio, a la falta de corporativismo, y pienso, creo y casi estoy convencido, de que hasta que los propios docentes no seamos capaces de respetarnos entre nosotros mismos no conseguiremos que la sociedad nos respete, y sólo con esa unidad podremos conseguir todos aquellos adelantos, recursos, mejoras,… en la escuela, porque entonces podremos exigir como un verdadero colectivo y no como elementos individuales y aislados.
Cuando era pequeño, leí una fábula en la que un padre enseñaba a sus hijos que si una gavilla de paja estaba atada nunca se podía romper, pero paja por paja era muy fácil hacerlo, y creo que esta fábula es muy descriptiva en cuanto a la situación que vivimos los docentes andaluces en la actualidad. Creo que ninguno deberíamos olvidar el sabio refranero español, y que LA UNIÓN HACE LA FUERZA.